En los últimos años, los estudios han demostrado que el aumento en los niveles de contaminación del agua se debe a la presencia de metales pesados procedentes de efluentes industriales como minería ilegal, baterías, municiones y cerámica de vidrio, lo que pone en riesgo la salud humana y el medio ambiente. Por lo tanto, los metales pesados como el plomo, el cadmio y el mercurio se consideran uno de los grupos más peligrosos debido a su alta toxicidad a bajas concentraciones y su capacidad de acumularse en los organismos que los ingieren. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) clasificó y determino que los metales pesados entre son los más peligrosos para la salud humana y a la vez estableció el límite máximo permitido de plomo en el agua potable de 0,001 ppm. En esta reciente investigación se ha empleado un diseño experimental para determinar la adsorción de iones Pb2+ a través de la nanoarcilla (bentonita) intercalada con aminas. La adsorción de Pb2+ se cuantificó por "Absorción Atómica", encontrando que el mayor porcentaje de eliminación fue 96,4162% bajo las condiciones de pH igual a 8 y el peso del adsorbente de 3,7 g. El modelo isotérmico de adsorción que mejor se describe y, al mismo tiempo, ajustada, es la de Langmuir.